Cuatro cosas que me ha enseñado el oficio de librera
Mientras leía el Manifiesto por la lectura de Irene Vallejo, me topé con esta preciosa definición de librerías y bibliotecas: son “hospitalarias guaridas de papel”. Me saltó el corazón en el pecho y pensé, sí, yo tengo un lugar así, abrigado y con alma de refugio donde el amor por los libros es la fórmula de intercambio constante.
Cuatro años como librera me han enseñado que es un oficio que da más ilusión que dinero. Eso lo sabía al iniciar este camino. Lo que no sabía es que esa ilusión se nutre de una comunidad incansable, que incluso a pie de calle -porque la nuestra es una librería ambulante– acude a esa guarida a buscar algo más que una lectura y también a dejar huella en la librera.
Hoy quiero compartir contigo las cuatro cosas me ha enseñado el oficio de librera.