Anécdotas de librera: historias para celebrar siete años entre libros
Este es el mes aniversario de nuestra librería itinerante. Un frío domingo de febrero de 2017 desplegué una mesa con libros de segunda mano en el mercadillo de Torremanzanas. Eran las 08H. Llevaba conmigo un termo con café con leche y la ilusión de que esas cubiertas fueran capaces de atraer miradas y capturar corazones. Así fue. Desde entonces, el intercambio con los lectores es el motor que sostiene este proyecto y la magia de compartir historias impresas, el único combustible que lo impulsa.
Para celebrar estos siete años de aventura libresca en las calles de Alicante he reunido nuevas anécdotas de librera.
Son postales de momentos que me han inspirado, sorprendido o invitado a una reflexión. Son instantáneas que recogen la chispa que brota cuando un libro y su lector se encuentran.
¡Gracias por seguir allí, año tras año, antes y después de la pandemia, con el entusiasmo de pertenecer a esta comunidad y la convicción de saber que leer nos hace mejores seres humanos!
Aquí te dejo las anécdotas:
(1)
Se acerca un hombre a las mesas y va al grano: “Quiero un libro sobre el sol, la luna, el cielo o las estrellas. Algo que sea real y de verdad, por favor”.
(2)
Una mañana de enero llega una clienta y comenzamos a hablar de las recién finalizadas Navidades. Me cuenta que estuvo visitando la Feria del Libro de Alicante que se instala en la avenida Federico Soto:
-Mi marido me acompañó y al volver a casa notó, extrañado, que no había comprado ningún libro. Él sabe que me encantan.
-¿Qué libro buscabas? -le pregunto-.
-No es eso. Le dije que yo tengo a mi librera en Castalla, la chica que se pone los sábados en el mercado y que siempre tiene los libros que me gustan. Es que yo prefiero comprárselos a ella… -dice guiñándome un ojo-.
-¡Esa soy yo! -exclamo-.
Salí a abrazarla, intentando encontrar las palabras que pudieran expresar lo agradecida y conmovida que me dejó su visita.
(3)
Un joven coge un libro de la mesa y comenta sonriendo: “este fue el primer libro que leí. Desde entonces, no he parado de leer”. Lo agita suavemente en una mano y alcanzo a ver la cubierta: El arte de amar, de Erich Fromm.
(4)
Madre e hija curiosean entre los libros, opinando de títulos y sumarios. Es la madre quien comparte el secreto de esa complicidad: “A mis hijos les he inculcado la pasión por leer desde niños: antes que un juguete, un libro”.
(5)
Una mujer se aproxima a la parada con actitud entusiasta. Suspira fuerte y pide sin titubeos: “Por favor, dame un libro de romance, que de lo demás ya tengo bastante”.
(6)
Pilar es asidua de nuestras mesas y lectora sin pausa. Un día de julio escoge 4 libros y explica: “Leo más en verano porque el día es más largo y tengo más luz. Y sobre todo, porque me evado de esta cruda realidad”.
(7)
Mediodía de septiembre en Torremanzanas. Un hombre pide un libro y mientras lo busco, me dice:
-Qué raro es encontrar una mujer que lea.
Me quedo de piedra. Lo miro con los ojos muy abiertos.
-Estás viendo a una ahora mismo -respondo-.
-Me refiero a fuera de una librería -tartamudea, supongo que reaccionando a mi mirada-.
-Pues te diré algo: según datos oficiales, en España las mujeres leen más que los hombres. Y por cierto, tengo más clientas que clientes -agrego-.
-Perdona, perdona, que no quería ofender.
No tenía existencias del libro que pidió. Era El Clan del Oso Cavernario. Le comento que pronto recibiré otro ejemplar y asegura que volverá a buscarlo.
No quiero acordarme cuánto tiempo me duró el enfado.
(8)
El comentario que más he escuchado en 7 años trabajando de librera es este:
“Yo también puedo poner una parada como la tuya con todos los libros que tengo”.
Se les quita el entusiasmo cuando respondo que tienen que darse de alta de autónomos, llevar faja para proteger la espalda al cargar los libros y buscarse un trabajo adicional para llegar a fin de mes.
(9)
Un niño de unos 6 años recorre las mesas mirando todos los libros mientras su madre le ofrece con insistencia un ejemplar de Los 3 cerditos. Va de aquí para allá. Finalmente, suelta su pregunta: “¿y por qué no me pueden comprar uno de mayores?”
(10)
El hombre lleva un rato absorto frente a los títulos. De pronto, habla como quien deja escapar un pensamiento: “Soy de leer libros en papel porque la tecnología nos ha llevado a la mierda”.
Sigue buscando y se lleva dos lecturas.
(11)
Pasea la mirada entre los libros. Se demora leyendo las sinopsis de las sobrecubiertas. Sonríe. Se nota que está a gusto. Lo dejo estar y sigo en lo mío, arreglando los libros. Al rato, dice: “Cualquiera puede venir aquí a vender ropa o frutas. Lo especial es vender libros, ¿verdad? Gracias por estar”.
¿Cómo describo la contentura que me acompañó durante el resto del día?
–/–
¿Coincides conmigo en que recordar es la mejor forma de celebrar nuestro aniversario?
Si tienes curiosidad por saber cómo lucía esa primera mesa de libros que montamos en 2017 pincha en este post.
Ahora te toca a ti: ¿tienes alguna anécdota libresca que quieras compartir? ¿Un momento inolvidable que hayas vivido en una librería? Déjalo en los comentarios.
Somos una librería ambulante en Alicante y llevamos los libros de segunda mano a ferias y mercadillos de la provincia.
Los sábados vamos a Castalla y los domingos a Torremanzanas. Nuestro almacén está en Jijona y el próximo viernes 29 de marzo de 2024 planeamos asistir al Mercado Tradicional de Benilloba.
Toda la agenda la publicamos en nuestras cuentas de Instagram y Facebook.
En nuestras mesas encontrarás novela, ensayo, poesía, cuentos, crónicas de viajes, crecimiento personal y mucho más. ¿Qué quieres leer hoy?
¡Contáctanos por las redes sociales para pedirnos ese libro de ocasión que estás buscado!