Mis reseñas de libros: Desgracia (J.M. Coetzee)

David Lurie está harto. Acomodado en su desánimo y con poco interés en las clases de literatura que dicta en la universidad, solo atiende al deseo sexual, que le basta para movilizar sus emociones adormecidas. Un día, su rutina de encuentros de placer se interrumpe y se involucra con una estudiante. Entonces, de la inercia pasa a la vorágine.

Así empieza esta novela que tiene en la voz de Lurie, firme, pero también íntima y reflexiva, su principal personaje. Señalado por el incidente, se resiste a mostrar arrepentimiento y acepta la condena pública. Poco le importa que lo juzguen, no le interesa argumentar. Queda excluido, pero no de sí mismo.

Estoy convencido de que los miembros de esta comisión tienen mejores asuntos en los cuales ocupar su tiempo, antes que meterse a discutir de nuevo, pormenorizadamente, una historia sobre la cual no cabrá discrepancia alguna. Me declaro culpable de ambos cargos. Emitan ustedes su veredicto y sigamos cada cual con su vida.

Para tomar distancia del escándalo e intentar encontrar un espacio que le permita escribir, Laurie visita a su hija Lucy, quien reside fuera de la ciudad, en una granja. Junto a ella vive una experiencia que contorsiona la vida de ambos.

Desgracia está ambientada en la Sudáfrica del pos-apartheid (fue publicada en 1999) y muestra la aridez que tensa las relaciones entre los habitantes del país. Se siente el pulso entre los bandos. Esa lucha es uno de los escenarios fundamentales de la historia.

La narración fluye, concisa y despojada de artificios. A ratos despiadada. Esa simpleza traza un sendero de tensión que atrapa al lector, pero también lo seduce gracias a la inclusión de varios elementos asociados al arte y a la naturaleza. Además, por la vivacidad de las metáforas.

Demasiados para un espacio tan reducido. Como las arañas en el fondo de una botella.

Zarandeado por los eventos, Lurie se enfrenta con cambios que lo afectan como hombre maduro y como padre. También tiene que sopesar la ruta a tomar: ¿lucha, distancia, resignación, perdón? ¿Conseguirá atravesar la vergüenza y liberarse?

J.M. Coetzee, autor surafricano y Premio Nobel de Literatura en 2003, tituló a este libro Disgrace, que significa deshonra, no desgracia, como se le tradujo en español.

Una novela muy visual, dura y hermosa, que nos muestra el valor que requiere reconocerse y sostenerse en la individualidad. Un relato sobre la búsqueda del sentido de la existencia y la aceptación del compromiso vital propio y de los otros.

Al terminar de leerla me quedé pensando: cuesta dirigir los ojos hacia adentro y escucharse, pero merece la pena porque ese lugar interior nuestro es la verdadera fuente de equilibrio. Pero además, porque afuera hay y siempre habrá mucho ruido.

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Desgracia – Novela
J.M Coetzee
Ediciones De bolsillo
270 páginas
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