[Entrevista] Agnes Miller, profesora: «He leído siete veces El Señor de los Anillos»
Los libros fueron la canción de cuna de Agnes Miller. Aprendió a amar las historias impresas porque en su familia practican el maravilloso hábito de la lectura en voz alta. Hoy, tiene una biblioteca con más de cuatro mil libros que son el recordatorio de su vida y desarrollo personal. ¡Entra para saber qué está leyendo y qué nos recomienda!
¡Seguimos entrevistando a lectores apasionados! Hoy está con nosotros Agnes Miller, profesora de inglés como lengua extranjera. Nació en Irlanda del Norte y vive en Jijona, donde dirige una escuela de idiomas. Como buena fanática de los libros, tiene lecturas que repite, otras que recomienda e incluso algunas ¡castigadas! Además de leer, disfruta tocando el piano, cocinando, escuchando música y haciendo punto. Para estos días de confinamiento nos sugiere a un autor que derrocha bondad y buen humor. ¡Te invito a conocerla!
¿Recuerdas el primer libro que leíste o alguno de los primeros?
No recuerdo el primer libro que leí, pero sí el primero del cual me enamoré. Era una edición de los cuentos de Hans Anderson, con unas ilustraciones preciosas de René Cloke. Mis abuelos me lo regalaron en Navidad, cuando tenía dos años. Mi cuento favorito de la colección era el de Thumbelina. Todavía conservo el libro, muy arreglado con cinta adhesiva.
Sí me acuerdo de los primeros libros que compré. Cuando vivía en Edimburgo tenía la gran suerte de que había una pequeña librería -Kays- situada en la misma acera que nuestro piso. Por lo tanto, aunque solo tenía unos nueve años, me estaba permitido ir sola a la librería, ya que no tenía que cruzar la carretera. Mis padres me daban 50 peniques de paga semanal cada sábado, y con ese dinero iba a la Kays a comprarme un libro. Coleccionaba los de la serie The School at the Chalet de Elinor M. Brent-Dyer. Cada libro valía 40 peniques, lo cual me dejaba 10 peniques para la hucha. Genial. Tengo toda una estantería con esos y otros libros de Kays.
¿Cómo nació tu afición por la lectura?
Mi afición por la lectura se la debo a tres personas: mi abuela paterna, mi padre y mi tía.
A mi abuela paterna le gustaba desayunar en la cama. Guardaba toda la colección de libros de Beatrix Potter en su mesa de noche para entretener a los nietos que se levantaban antes que ella. Unos de mis primeros recuerdos es de estar en su cama, con mi hermanita al lado, escuchándola mientras leía las aventuras de Tom Kitten, Peter Rabbit y Benjamin Bunny en voz alta, entre sorbitos de té y compartiendo con nosotras sus panes con mermelada.
Mi padre nos leía un cuento cada noche. Sigue teniendo un don para la lectura en voz alta. Solo tengo que mirar el libro de Winnie the Pooh para volver a la infancia y escuchar su voz dando vida a Pooh y sus amigos.
Pero quizás la persona que más influencia tuvo sobre mi formación de lectora fue mi tía. Cuando vivíamos en Gales compartíamos casa con ella, y cada sábado a las 4 de la tarde, mi padre, con un “portaros bien”, nos dejaba en la puerta de su salita de estar. Ella era soltera y no entendía mucho de niños. Nos inspiraba un respeto que rozaba el miedo, pero esos sábados, sentadas cada una a su lado en el sofá, nos hacía un recorrido mágico por todos los grandes de la literatura infantil: Narnia, El Hobbit, La Princesita y muchos más. Nos leía capítulo a capítulo, uno cada sábado.
Cuando nos mudamos a Edimburgo dejándola en Gales seguía leyéndonos grabando los capítulos en cinta y mandándolos por correo. Conforme crecíamos, los libros eran cada vez menos infantiles. Nos leyó El Señor de los Anillos y tardó todo un año en completarlo. Cuando ella terminaba un libro le tocaba a mi padre leer otro. Que yo sepa, incluso después de nosotras marcharnos de casa, ellos continuaron intercambiando cintas hasta que no se podían comprar más.
Leer en voz alta es una costumbre que repetí con mis hijas, aunque, por la diferencia en sus edades, me tocó leer El Señor de Los Anillos dos veces en voz alta.
¿Cuál género de la literatura prefieres?
Las novelas. No me gusta la ciencia ficción, el realismo mágico o la fantasía (aunque algunos de mis libros preferidos son de fantasía). El único género que no puedo leer es el de terror. Si me quiero asustar veo las noticias. Y aparte de novelas leo relatos cortos, poesía, y a veces libros de no ficción.
¿Qué libro ha dejado en ti una huella imborrable y por qué?
Es difícil escoger solo uno. Supongo que tendría que decir El Señor de los Anillos porque además de escucharlo y leerlo en voz alta dos veces, también lo he leído unos siete veces más. Siempre encuentro alguna escena que he olvidado. Otros libros que me han marcado han sido 1984 de George Orwell, Nosotros de Yevgeni Zamyatin y Si Esto Es Un Hombre (y otros libros) de Primo Levi. Quizás me acuerdo de estos porque en los tiempos que vivimos sus mensajes sobre distopías y los terribles consecuencias de la intolerancia tienen mucha relevancia todavía, por desgracia.
¿Hay un libro que siempre recomiendas?
El Maestro y Margarita de Mijail Bulgakov. Lo recomiendo porque es una de las obras maestras de la literatura rusa, pero no tan conocido como Tolstoi o Dostoievski. Es de la época soviética. Está muy bien escrito. Y su mezcla de fantasía con crítica social es muy creíble.
Libros favoritos y libros castigados
Como profesora, ¿qué lectura recomiendas a los adolescentes?
Ninguna. No hay nada peor para un adolescente que tener a un adulto diciéndole lo que debe de leer porque es bueno para él. Aversión a los libros garantizada. Creo que es mejor permitirle un acceso fácil a los libros (llevarle a librerías, bibliotecas, rodearlo de libros en casa) y dejar que escoja.
¿Y qué libro sugieres leer en estos días de confinamiento?
Cualquiera de Alexander McCall Smith. Me da la sensación de que el autor debe ser un hombre muy bondadoso: a sus personajes no les pasa nada pero describe su día a día con un humor muy cariñoso. Siempre propone una solución muy sabia a todos sus problemas. Es el equivalente literario de una bolsa de agua caliente en una noche fría de invierno. Completamente reconfortante.
¿El hábito de la lectura se forma en la casa o en la escuela?
En casa, sin lugar a dudas. Si en casa nadie lee y no hay libros, difícilmente van a leer los niños. Si ven a los padres disfrutar de libros desde temprana edad, también disfrutarán ellos. Y un bebé hace de atril aceptable si le das el pecho mientras apoyas el libro en él…
¿Tienes un autor o autores favoritos?
Aparte de los ya mencionados, Doris Lessing, Ian McEwan, Ian Rankin y Maggie O’Farrell.
¿Qué libro has empezado y no has podido leer?
Normalmente termino los libros que empiezo. Y si dejo un libro, suele ser por razones ajenas al autor. Por ejemplo, suelo dejar el libro que estoy leyendo en el momento de recibir una mala noticia, como el fallecimiento de un familiar. No puedo retomar el libro que estaba leyendo durante los días de estrés, por mucho que el libro me gustara.
Recientemente deje de leer My Name is Red de Orhan Pamuk. No me gustaba la “voz” del libro, quizás porque era una traducción. Normalmente soy respetuosa con los libros. Si un autor se ha tomado el tiempo de escribirlo, yo tomaré el tiempo de leerlo. Dicho esto, ahora mismo tengo dos libros malísimos (The Slap de Christos Tsiolkas y Pandemonium de Christopher Brookmeyer) castigados debajo del sofá recibiendo su merecido por mal escritos, haciendo de pata auxiliar ya que el sofá está un poco roto.
¿Cuál es tu eterno libro pendiente?
No tengo ninguno. Leo por placer, no por obligación.
¿Dónde lees?
En cualquier sitio. En el cuarto de baño, cocinando (mi familia está acostumbrada a la comida un poco quemada porque me distraía el libro que estaba leyendo), esperando en el médico, pero principalmente en la cama. Los únicos sitios donde no puedo leer son en el coche o en un autobús porque me mareo.
¿Papel o e-book?
Papel. Siempre. No se te acaban las pilas en medio del vuelo. Ni se te atascan las páginas. Si se te cae dentro de la bañera, con un secador de pelo y un poco de suerte puedes seguir leyendo. Y todos estos libros en la estantería son un recordatorio de tu vida y tu desarrollo como persona.
¿Qué te aporta la lectura?
Un escape, relajación, conocimientos, otras culturas, hasta una conexión con amigos mediante charlas literarias e intercambios de libros.
¿Un personaje literario inolvidable?
Maud, la protagonista con alzheimer de Elizabeth is Missing de Emma Healey.
¿Qué libro te llevarías a una isla desierta?
Si solo puedo llevar uno, no voy.
¿Tienes alguna manía o rito al leer?
Ninguno.
¿Hay un libro al que te gustaría entrar para vivirlo?
Cuando era pequeña, quería vivir en los libros de Narnia. Cuánto me hubiese gustado encontrarme en ese mundo tan vívidamente imaginado de C. S. Lewis. De hecho, cuando era pequeña tenía la capacidad de perderme tanto dentro de un libro que, en vez de palabras en la página veía imágenes pasando delante de mis ojos, como una película. Así leía los cuentos de Narnia. A veces tenía que volver a leer el mismo libro por segunda vez fijándome en las palabras impresas para comprobar que no me había inventado la historia. Ese don lo he perdido de adulta, pero ahora me gusta mi vida y no quiero vivir otra.
¿En qué te basas para elegir un libro?
En sugerencias de amigos, recomendaciones de autores que me gustan o si ha ganado algún premio.
¿Cuántos libros tienes?
Unos cuatro mil.
¿Qué estas leyendo ahora mismo?
Ya que estamos en pleno confinamiento estoy leyendo The Saturday Big Tent Wedding Party de Alexander McCall Smith.
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Gracias, lectora/lector, por acompañarnos en el blog de nuestra librería itinerante. Espero que durante estos días de permanencia en casa a causa del COVID-19, no te falte la inmejorable compañía de un buen libro.
¡Disfruta la primavera leyendo y nos vemos prontísimo!